sábado, 6 de julio de 2013

De otra religión

Símbolos de religiones.
Símbolos de religiones.
Xabier Pikaza, teólogo católico, profesor de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca (1973-2003) y autor de varios libros de tema bíblico, teológico y religioso, opina sobre las personas que cambian de religión. ¿A qué obedece este cambio?, ¿qué tipo de personas lo hacen?, ¿qué significado personal y social tiene el hecho de cambiar creencias arraigadas desde la infancia?, ¿qué problemas se pueden plantear a una persona que quiere cambiar de religión y qué beneficios puede aportarle?.
Pikaza anima a que los lectores de su  blog, en el que aparece este reportaje, expresen su opiniones sobre los temas que en él se abordan.
1. ¿A qué se debe que ahora haya bastante gente que cambia de religión, algo que hasta hace unos años constituía un hecho infrecuente?
La “conversión” a otra religión es muy difícil en sociedades donde la religión se identifica con la cultura cívica y con la pertenencia social. Por eso sigue siendo casi imposible (y muy arriesgada) en países de “mayoría” musulmana, como lo era en otro tiempo entre nosotros. Pero una vez que la sociedad se “estabiliza” sobre elementos “seculares” (no religiosos), la religión se convierte en elemento voluntario y libre, de opción para personas y grupos sociales.
2. ¿Qué tipo de personas cree usted que cambian de religión?
En principio no pienso nada. Es un hecho que está ahí y que debo respetar y, como teólogo, quiero comprender. Entre los conversos hay de todo. Habrá conversiones enfermizas, de personas que cambian de religión por inseguridad y van rotando por el super-mercado de creencias, sin hallar estabilidad en ninguna. Hay conversos que buscan seguridad y quieren aferrarse a algo duro/duro, pensando que lo anterior era muy malo y que sólo lo nuevo es verdadero, volviéndose intolerantes. Hay, en fin, y creo que son mayoría, conversos que buscan una mayor fidelidad y encuentran en la nueva religión unos valores y respuestas que no habían hallado en su religión anterior.
3. ¿Cree usted que es una decisión acertada o, al contrario, que no resuelve los problemas o dudas de la persona?
Creo que he respondido con lo anterior. Hay casos en que el cambio de religión es un puro juego, que no responde a nada serio en la vida personal de los conversos… y casos en que es una búsqueda de refugio, una forma de huir de sí mismos. Pero hay casos (y quisiera que fueran mayoría) en que el cambio de religión es resultado de una búsqueda de fidelidad personal y grupal y resuelve algunos problemas de la vida (¡todos los problemas no pueden resolverse por un cambio de religión!)
4. ¿Qué problemas se le pueden plantear a una persona que quiere cambiar de religión y qué beneficios puede aportarle?
En sentido estricto es muy difícil cambiar de religión-religión, y de hacerlo de verdad, con todo lo que ello significa. A un occidental, de trasfondo cristiano, le resutla casi imposible hacerse budista o taoísta radical (no de barniz o de moda, como suele suceder), porque tenemos trasfondos culturales distintos. No se cambia de religión como de camisa. Por otra parte, el tema hoy, en occidente no es el cambio de religión, sino el acceso a una cultura agnóstica o atea (o indiferente) donde parecen desaparecer una serie de elementos vinculados a la religión de la propia tradición occidental. En general, los que creemos “lo divino”, solemos pensar que el problema hoy no es cambiar de religión, sino buscar la fidelidad a lo divino a través de la propia experiencia religiosa (cristiana, musulmana, budista…), pero en diálogo mutuo y en respeto. Por eso, en general, no solemos recomendar el cambio de religión, sino la profundización en la propia tradición religiosa, si es posible.
5. ¿En qué casos concretos podemos hablar de cambio de religión y en cuáles no (de católico a protestante, de católico a ortodoxo, de católico a budista, musulmán, etc, y viceversa)?
La pregunta es complejísima y no tiene respuesta concreta. Hay casos en que dentro del mismo catolicismo se da una “conversión”: Uno que era de tradición católica se hace “cristiano” de verdad… Puede haber conversiones a “sectas” (¡con perdón!) y a movimientos religiosos intracristianos (o de otro tipo) en los que existe poca libertad… Las conversiones del catolicismo al protestantismo o a la iglesia ortodoxa (y viceversa) son, en general, de menor “calado”, son cambios de matiz, dentro de un fondo general cristiano. Más fuertes son las conversiones al judaísmo (¡muy raras, casi imposibles, por el componente social implicado en ellas!), y también al Islam, que son quizá las más significativas en España, en los últimos decenios. Muchos, en España, han buscado en el Islam no sólo una vuelta a ciertas tradiciones religiosas antiguas, sino una búsqueda de radicalidad mística y de libertad, sin las implicaciones de un tipo de Iglesia y de lo que implica la “encarnación” de Dios. Creo que todavía es pronto para saber lo que esas “conversiones” implican, no sólo en las personas que se “convierten”, sino en la realidad social de cristianismo hispano.
6. ¿Por qué piensa que la Iglesia Católica pone tantas trabas a la gente que desea abandonarla oficialmente?
No entiendo la pregunta. La Iglesia Católica pone trabas “sociales” donde ella tiene un poder social. Pero la gente que hoy se convierte a otra religión, por ejemplo en España, no le pide permiso a la Iglesia, ni se lo dice. Simplemente deja de “practicar” y se apunta a otra religión. El problema puede empezar cuando están en juego elementos “colaterales” como los matrimonios mixtos o las clases de religión de los hijos… En todo lo demás, no voy hoy problemas. El tema de la Iglesia Católica no es poner trabas a que su gente se convierta a otras religiones (¡bendito sea Dios, si se convierten a una mayor interioridad y libertad y amor…!), el problema está en suscitar, dentro de la misma Iglesia, espacio de libertad y de fe, de solidaridad y de misterio. Eso que quiero en la Iglesia católica lo quiero en todas las iglesias y religiones: Que sean espacios de libertad y creatividad personal y social, dentro de un mundo que corre el riesgo de caer en manos de un sistema social sin alma.
7. ¿Qué diferencia hay entre apostatar, abjurar, renegar...?
Sería necesaria otra entrevista para precisar las palabras. Creo que para cambiar de religión no hay que “re-negar” de la primera, ni abjurar, ni apostatar… Uno no tiene que negar lo anterior como tal, sino situarlo en otra perspectiva, verlo desde otro “nivel”. Yo no tengo que abjurar o renegar del Islam, del Judaísmo o del Budismo para ser cristiano… En mi vida hay elementos judíos y musulmanes, hay rasgos que pertenecen a la tradición budista…, pero, para mí, en el grupo en que estoy, todos esos elementos se encuadran y explicitar mejor desde una visión “cristiana”, de tipo “católico”, universal… Ya sé que no todos están de acuerdo con esto. Sé que hay personas que van a los obispados pidiendo que les “borren”. Evidentemente, les respeto. Pero, personalmente, no me parece necesario. Si yo dejara de ser católico no me iría a “borrar”, porque ese pasado católico está ahí, forma parte de mi pasado… Simplemente diría que he cambiado, que ahora ya no formo parte de ese grupo social-religioso, sino a otro; quizá mandaría una nota a la parroquia u obispado diciendo que no cuenten conmigo y nada más, pues el ser católico o cristiano no cuenta ya en la vida social. De todas formas, el hecho es complejo, sobre todo en un país como España donde todavía van los militares a ciertas procesiones y los ayuntamientos a ciertas misas… Es ahí donde está el error y el problema, de los ayuntamientos o militares como tales… y de las iglesias, que lo permiten.
8. ¿Qué le parece una religión de Estado?
Algo malo. Voy a limitarme a poner un ejemplo. Ayer, día de Santiago (25. VII. 2010) el Rey de España, como rey, pronunció una oración y discurso al Señor Santiago en Compostela. Ciertamente, fue un discurso genérico, que no decía nada, pero yo me he sentido ofendido, como perteneciente al Reino de España y como católico. (a) El Rey no debería haber ido, ni haber dicho nada, pues muchos españoles no se sienten católicos. (b) El Arzobispo de Compostela no lo debía haber permitido, pues con eso convierte la devoción a Santiago en puro folclore.
8. ¿Conoce usted a gente que haya cambiado de religión o se haya convertido en agnóstico, ateo o seguidor de alguna secta o corriente esotérica? ¿Cómo los ha visto después del cambio? Anécdotas, opinión...
Sí, a muchas personas y hay entre ellas de todos. Quiero ahora recordar a las mejores, buenos amigos conversos, sea de otra religión al cristianismo, sea del cristianismo a otra religión (por ejemplo al Islam). Mi respeto hacia todos… Pero de esto habría que hablar con más extensión.

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